Por segundo año consecutivo en la Megadegustación Anual de Ozono Drinks, organizaron un seminario, en este
caso, a cargo de la Sommelier, Camila
Sciani sobre la cosecha 2018 y como influyeron sus características en los vinos
próximos a salir. Se cataron cinco vinos crudos, de tanque y a ciegas para
apreciar sus características.
La idea era que jugando a través de los vinos, los presentes puedan identificar las características de la cosecha y su zona de producción.
El primer vino fue de una zona específica de San Juan, y la Sommelier remarcó que lo hizo adrede el catarlo primero, porque "las condiciones de la cosecha 2018 allí tuvieron unas pequeñas diferencias con las condiciones en Mendoza. En San Juan la cosecha fue más fresca que la cosecha 2017, por ende va a dar vinos más frutados, fruta fresca, no va a ser una fruta negra o cocida, sino más fruta roja. Esa fruta fresca, esa acidez marcada. Si tengo frío en la cosecha, la acidez es el primer atributo que se conserva".
El vino era del Valle de Calingasta y lo trajo Pancho Bugallo de Cara Sur, "es un vino que representa lo que él entiende como el futuro del Malbec en el Valle de Calingasta, no es un sector sino una visión más amplia. En esta cosecha dio un vino con una acidez más marcada, fruta fresca, a pesar de que cuando uno dice, Valle de Calingasta, piensa en vinos más gordos, voluptuosos, con taninos más marcados, sin embargo acá la cosecha puso su impronta, aunque el enólogo o el vinificador intervenga, nunca puede torcer en su totalidad lo que da la cosecha".
Para el segundo vino, nos fuimos para la provincia de
Mendoza, al respecto Camila explicó que “esta ha sido una cosecha a diferencia
de San Juan, cálida, que tuvo tres atributos muy positivos, fue una cosecha de
calidad, de cantidad y de sanidad. Esto fue porque en la época de la brotación
y floración el clima fue muy seco, al tener poca humedad en momentos claves,
nosotros nos garantizamos una cosecha sin necesidad casi de aplicaciones de
ninguna curación, eso es importante porque todos los vinos, que provengan de la
cosecha 2018 van a ser vinos sanos, no van a necesitar agregados de ningún tipo
en términos generales.
Cantidad, porque hubo pocos vientos, esto es que en el
momento de la floración hubo poco viento, entonces no se produjo el corrimiento
de las flores, porque si no tenés la flor no se llega a formar el grano o baya,
si tengo un viento zonda que corre todas esas flores, sobre todo en el Malbec
que es super sensible, si no sucede este fenómeno, vamos a tener todos los
racimos completos, entonces la producción no va a estar mermada. Sólo hubo una
helada importante, fue temprana, por general el riesgo de heladas tempranas es
en noviembre, pero este año fue en los primeros días de octubre y esa helada
naturalmente causó una pequeña merma en la producción pero que fue una forma
sana y natural de controlar un poco los vigores de la vid, siempre hablando en
términos generales en Mendoza ya que la mayoría de los productores concuerdan
con que fue una cosecha de sanidad, cantidad y calidad.
Sanidad porque hubo mucho sol, pocos días nublados, lluvias
por debajo de las que venían teniendo en años anteriores, en el 2016 y 2017.
Cuando llueve mucho en épocas difíciles la uva se llena de agua y está muy
pronta a ser cosechada entonces tenemos mucha agua adentro del grano y poca
concentración lo que baja la calidad, y sobre todo para los productores de
mucha producción. En cambio para los que buscan un estilo más austero, más
filoso, no tan voluptuoso fue una cosecha maravillosa la 2016. No se pueden
separar de ese concepto, la cosecha les va a dar un sello sobre el que van a
tener que trabajar.
Respecto a la calidad, hubo mucha amplitud térmica, es decir, días cálidos y noches frescas, eso le da la posibilidad a la planta de descansar. Porque si la planta tuviera siempre calidez, se agotaría del calor ya que tendría que trabajar en condiciones extremas, por ende no va a dar el mejor de los resultados en sus uvas, va a entregar una fruta también cansada y pasada de madurez. Si nosotros pensamos en amplitud térmica, la planta trabaja de día, concentra todos los aromas y todos los sabores en la piel. Entonces cuanto más amplitud térmica tengo, hollejos más concentrados tengo”.
Y agregó: "Este vino es de una zona sumamente conocida y muy productiva de Lujan de Cuyo, esta zona se llama Perdriel, tenemos un 70% Cabernet Sauvignon y 30% Malbec. Esta zona va a dar vinos más estructurados con mayor cantidad de taninos y de sustancia colorantes o polifenoles. El productor es Pepe Reginato, y es un vino que hace para él, es desgranado a mano y no esta en el mercado.
El siguiente vino fue un Malbec de Alto Agrelo casi a 1100 msnm, y Camila Sciani comentó que según palabras de sus elaboradores, "los sacó de su zona de confort. Es un vino con mucha textura en boca, fruta madura, un color muy sostenido, es un típico color de Malbec maravilloso, tiene violáceos. Se trabajo sólo en huevos de cemento y está absolutamente recién nacido e igual tenemos toda esta potencia. Es un Malbec muy claro y reconocible. Este es un vino de pureza y que seguramente va a tener un camino muy bueno. Para poder lograr en una cosecha cálida este tipo de vinos se tiene que trabajar con el punto de cosecha un poco más anticipado, hay que tener una cintura diferente, para lograr fruta, taninos y todo lo que significa un Malbec puro. El vino lo hace Matías Michelini para un proyecto privado".
"Ahora vamos directamente a Gualtallary, a una zona alta, entre los 1200 y 1300 msnm, donde las características del suelo son muy favorable para esta variedad, porque tiene una presencia de calcáreo y es un suelo pobre a diferencia por ejemplo del que tenemos en Perdriel. Acá tenemos ADN Cabernet Franc, tenemos especiado, tenemos todos los pimientos y mucha textura. En esta zona fue buena la cosecha en que se conservó la acidez, si no se hubiera podido conservarla sumado a una cosecha cálida, el vino hubiera salido chato, más gordo y cansador. En este caso, en Gualtallary lo positivo es que a pesar de a temperatura o junto ella que le aportó hollejos gruesos que aportaron color y hermosos perfumes tengo además la preservación de la acidez y alcoholes potenciales altos. Este vino es de Germán Masera con uvas de un productor de Tupungato".
Para finalizar, la Sommelier contó que "el último vino era de una variedad que suele ser diferente en sus características pero que la cosecha hizo que se transformara en algo distinto, difícil de identificar. De color rubí, algo violáceo. Es un Pinot Noir que la cosecha mando, por eso es mucho más carnoso y voluptuoso de lo esperable de esta cepa. La zona es Altamira y su productor es también Germán Masera".
"En conclusión, podemos tener variedad, podemos tener una
entidad varietal, podemos tener la mano del enólogo, pero la cosecha siempre va
a mandar", finalizó la Sommelier Camila Sciani.